El seguro
Cuando renté un camión de 26 pies de largo, la dama que me atendió me preguntó si quería el seguro. Yo oré y le pregunté a Dios y la respuesta fue no. Ella empezó a insistir y a asustarme en que si no compraba el seguro yo sería responsable de pagar $75,000 para reemplazar el camión. Yo le respondí que confío en que el Señor mantendrá el vehículo a salvo. Ella dijo. Dios pagará los $75,000. Yo dije, claro que si lo hará. Le respondí que Dios es mi proveedor.
Mantente firme en su palabra y el proveerá por ti.
“Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,” 2 Pedro 1:3 RVR