Mientras atravesamos nuestra pérdida, nosotros miramos el camino en el que estamos.
“Tomando Jesús a los doce, les dijo: He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre.” Lucas 18:31. (RVR)
“El sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.” Salmos 147:3. (RVR)
Más pérdidas vendrán a medida de que sacrifiquemos toda nuestra vida a cambio de Su voluntad.
“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” 2 Corintios 12:9. (RVR)