Nuestro testimonio de lo que Jesús ha hecho por nosotros cierra la boca del enemigo.
“Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin
estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús. Además, como
vieron que los acompañaba el hombre que había sido sanado, no tenían nada que alegar.» Hechos 4:13-14