“Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la

coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de salvación;” 1 Tesalonicenses 5:8

Probablemente hayas oído decir que el campo de batalla es la mente. Tu mente controla el uso de la espada

(Palabra de Dios) y tu escudo de fe. Si tu mente se ha descarriado por los ataques de los enemigos (duda,

incredulidad, preocupaciones, miedo, pesadez, depresión, etc.), es posible que no seas eficaz para que Dios

te use.

“Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en

cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. 6 La mentalidad

pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz.» Romanos 8: 5-6

Dios te mantendrá en perfecta paz si tu mente está firme en Él (Isaías 26: 3)

Sométete a Dios y resiste al enemigo (Santiago 4: 7). Piense en las cosas buenas (Fil 4: 8).