“El que no tiene dominio sobre su propio espíritu es como una ciudad derrumbada, sin muros”. Proverbios 25:28 NVI

Una ciudad sin murallas no está protegida. Es vulnerable a los ataques. El enemigo quiere entrar, robar, matar y destruir (Juan 10:10). No necesitamos hacer su trabajo fácil.

Todos los días necesitamos buscar a Dios y revestirnos de Él.

 “Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no hagáis provisión para la carne, para satisfacer sus concupiscencias”. Romanos 13:14

Entonces, ¿cómo nos vestimos de nuestro Señor Jesucristo?

Charles Spurgeon dijo,

“Los harapos del pecado deben quitarse si nos ponemos el manto de Cristo. Debe haber una eliminación del amor al pecado, debe haber una renuncia a las prácticas y hábitos del pecado, o de lo contrario un hombre no puede ser cristiano. Será un intento vano de tratar de usar la religión como una especie de overol celestial sobre los viejos pecados”.