“Harás borlas en las cuatro esquinas de la ropa con que te cubras”.

Deuteronomio 22:12 NVI

Las borlas que se pusieron en las cuatro esquinas del manto de oración debían ser un recordatorio para hacer la voluntad de Dios. Los hombres judíos de hoy todavía hacen esto. Vemos en el asunto de la mujer con sangre (Lucas 8:43-44) que Jesús siguió los mandamientos que fueron transmitidos a Moisés (Números 15:38-41).

“Y una mujer que tenía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todos sus bienes, sin que ninguno pudiera curarla, se acercó por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante se frenó su flujo de sangre”. Lucas 8:43-44 RVR1960

¿Por qué es esto relevante hoy? Es una declaración clara de que Jesús vino a hacer la voluntad de su Padre, sanar a los enfermos y todavía sana hoy. La mujer de sangre no fue sanada porque tocó Su manto… fue sanada porque su fe tocó el corazón de nuestro Salvador.

“Y él le dijo: Hija, ten ánimo; tu fe te ha salvado; ve en paz.» Lucas 8:48 RVR1960

¡Acércate a Jesús hoy!