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Mira y ora

Mira y ora

            Mira, sigue viendo fijamente a la cruz. Cuando nos ojos se desvían hacia los engaños del mundo, nos dormimos y nuestro enfoque se desvía de nuestro Señor y salvador y su sangre derramada. Nosotros caemos en la tentación.

Nuestro señor dice, “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Marcos 14:38

La tentación estuvo presente desde el principio de la creación. Eva no mantuvo sus ojos en la belleza de Dios y en todas las bendiciones que le fueron dadas. Después de todo, Adán y Eva fueron bendecidos después de que pecaran (Génesis 1:28). Ellos no estaban satisfechos con el regalo más grande que podrían haber recibido, la relación y amor con nuestro Padre. Ellos deseaban más, ¿qué más ellos podían pedir? Tenían todo y más de lo que podía imaginar con Dios. Aún así, ellos buscaron en otro lado los deseos pecaminosos de sus corazones. ¡Mira y ora!

En la mayor hora de tentación para nuestro Dios, “Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.” Marcos 14:36

¿Dónde estaban los discípulos escogidos? Durmiendo y no haciendo lo que les fue instruido. ¡Mira y ora!

“Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.” Mateo 25:5

¡Entramos en unidad con nuestro salvador cuando miramos y oramos!

Que no se haga nuestra voluntad Padre, sino la tuya. Ayúdanos a ver lo que tenemos que ver. Ayúdanos a orar por lo que tenemos que orar. Abre nuestros ojos de entendimiento para que podamos glorificarte, Que seas glorificado Padre en todo lo que hagamos y digamos.

“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.” Marcos 13:33

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