Sal de tu caparazón

            Al sentarme en el sofá, miré hacia mis tres perros y vi que habían encontrado una tortuga. La tortuga se introdujo en su caparazón para protegerse. Después de un largo periodo de tiempo, volví a mirar hacia mis perros que estaban dormidos y a la distancia pude ver que la tortuga seguía dentro de su caparazón. El peligro ya había pasado, sin embargo la tortuga no volvió a salir.

Mucha gente que perdió algún ser querido se introduce en su caparazón a sufrir. Hay un sentimiento de peligro y pérdida de seguridad, pero no debes tener miedo.

“El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día.” Salmos 91:1-5