Hay muchas personas sufriendo por eventos traumáticos en sus vidas, buscando por consuelo, paz y entendimiento. Cuando buscamos la palabra de Dios, Él nos provee todo. Pero hay personas que rechazan que las cosas cambien en sus vidas y solamente quieren simpatía. Yo escuché a una mujer, que tiene su programa de radio, y cuando alguien la llamó contándole un problema. Ella devolvió la pregunta diciendo si quería solucionarlo o hablar del problema para siempre. Ella no tenía tiempo para solo discutir el problema, sino para brindar ayuda de cualquier forma que guíe a una solución.

Cuando nosotros sentimos que estamos orando y orando sin recibir una respuesta, ¿estamos haciendo realmente lo que Dios quiere que hagamos, o solamente estamos hablando con Él sobre nuestros problemas todo el tiempo? Dios quiere que obedezcamos su palabra y Él hará el resto, porque Él es fiel. Si preguntamos a Dios por qué no nos responde, Él nos da a conocer la razón exacta. Simplemente puede ser una cuestión de paciencia.

“La congoja en el corazón del hombre lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.” Proverbios 12:25.

“Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.” Mateo 9:20-22.