El enemigo quiere hacerte sentir culpable y avergonzado. Cuando empiezas a comer lo que el enemigo te está dando. La tendencia natural es cubrir el pecado, autoprotegerte. Fíjate en lo que Adán y Eva hicieron después de comer lo que el enemigo les estaba brindando. 

“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales” Genesis 3:6-7

La sangre de Jesús te ha redimido; ya no eres culpable y “En vez de vuestra vergüenza tendréis doble porción, y en vez de humillación ellos gritarán de júbilo por su herencia. Por tanto, poseerán el doble en su tierra, y tendrán alegría eterna.” Isaías 61:7